¿Eres o no eres?… 10 claves de un maestro innovador.

Innovar, innovación, innovador, términos que en los últimos años quizá, hemos escuchado con mucho ímpetu en varios sectores de la sociedad. Se nos viene a la mente algo que es en extremo creativo o diferente, las empresas suelen utilizar este término para presentar sus productos, servicios, etc. Este verbo se refiere específicamente a mudar o alterar algo, introduciendo novedades, (Rae, 2019). En otras definiciones podemos encontrar su relación con crear, cambiar, mejorar, impactar, disrumpir, sorprender, etc. 

En este sentido, podemos fácilmente visualizar aspectos innovadores por ejemplo en la tecnología (quizá el ámbito donde podemos verlo más claro), y cuando trasladamos estos conceptos a la educación, por supuesto se nos vienen a la mente una infinidad de acciones, herramientas, estrategias que pueden llamarse innovadoras y con las que podemos hacer cosas maravillosas dentro y fuera del aula. Sin embargo, si nos detenemos a pensar que, detrás de esas maravillosas metodologías y herramientas, se encuentra el motor de toda esta innovación, podemos darnos cuenta que ese es, el pensamiento del docente. 

Sí, es en la mente donde todo surge, no únicamente la construcción de las ideas, sino el establecimiento y desarrollo contínuo de una MENTALIDAD, aquella que le lleva a concretar con hechos y actitudes cotidianas lo que surge en la mente, es una forma de pensar más que una habilidad. 

Hoy te comparto las principales características del Docente Innovador, aquellas que le llevan no solo a crear sino a crecer cada vez más en el desarrollo de su profesión con impacto y legado, y que seguramente podrás adoptar como parte de tu formación docente. 

  • Es curioso. 

Su mente nunca está quieta y constantemente se pregunta: ¿qué pasaría si…?, ¿y si lo hiciera así…?, ¿qué me resultaría de…?. Esta curiosidad es el preámbulo para que se  atreva a hacer las cosas de manera distinta a como siempre las ha hecho. La curiosidad lo lleva a explorar distintas formas en que algo puede salir bien, en que un problema se puede resolver o cómo mejorar algo que, de hecho ya es extraordinario. 

  • Nunca deja de aprender. 

Sí, aunque ya se ha graduado hace algunos años atrás, en realidad, nunca deja de ser un alumno. No me refiero únicamente a que curse algún posgrado o diplomado, sino a que, constantemente busca nueva información por su cuenta, se documenta, lee, investiga, pregunta, observa, indaga. Está en constante búsqueda de información que le haga incorporar nuevos conocimientos tanto a su labor docente como a su vida personal en general. Es por ello que desarrolla fácilmente habilidades para manejar herramientas nuevas, materiales diferentes, tecnología, diseña sus propios recursos y estrategias; pues pone en práctica todo lo que sigue aprendiendo. 

  • No tiene miedo a equivocarse. 

Generalmente los docentes sienten cierta presión en el tema de planeación, pues en ocasiones termina convirtiéndose en un aspecto meramente administrativo ya que, siendo, honestos, ¿quién puede planear a la perfección las horas y minutos cuando de interactuar con niños y adolescentes se trata?. La mayoría de las veces, las clases no salen 100% como lo plasmamos en papel, algunas veces salen mejor y otras, encontramos muchos aspectos a mejorar. Pero, precisamente en ese ensayo y error radica la capacidad de generar aprendizaje para hacer las cosas mejor, para ello es preciso, no temer a equivocarse y adoptar ese pensamiento, aceptar los desafíos a pesar de los riesgos, encontrar salida y solución en la adversidad y materializarlo en algo nuevo y mejor. Por ello, el docente que no teme a equivocarse, es capaz de incorporar nuevas herramientas y estrategias en su aula, porque esa mentalidad de crecimiento le permite atreverse, aprender y lograrlo con éxito. No quiere decir que deje de preocuparse por que las cosas salgan conforme a los objetivos establecidos, más bien, sabe que en caso de aparecer un error en el camino, será visto como aprendizaje. 

  • Se inspira del trabajo de otros docentes. 

Reconoce las fortalezas de sus colegas y se inspira en ellas para mejorarse a sí mismo, observa de manera objetiva la práctica de otros docentes y desarrolla la habilidad para incorporar a su práctica aquello de lo que ha aprendido. 

  • Tiene buena actitud ante el cambio.

Los modelos educativos, programas, normas, incluso las leyes cambian, y en algún momento influyen de manera directa en el quehacer del docente. Es el pensamiento adaptativo al cambio, lo que le permite al docente innovador acoplarse y no solo eso, sino que obtiene el mayor beneficio de ello. Esto se refleja en su actitud, en su manera de aceptar los cambios como parte de ciclos que van conformando su experiencia, como coloquialmente decimos “le entra”, “se sube al barco”, porque sabe que dentro del cambio encuentra oportunidades para renovarse. 

  • Busca y recibe retroalimentación. 

El docente innovador sabe que una de las maneras de estar en mejora continua es recibiendo retroalimentación. No le teme a estar “expuesto”, pues sabe que es a través de las observaciones y sugerencias a su trabajo desde otra perspectiva, como obtendrá herramientas para seguir innovando. Es seguro de sí mismo, por lo que la retroalimentación es parte de su práctica. 

  • Muestra empatía.

La empatía le permite ser cercano a sus alumnos, por lo que conoce sus intereses y habilidades, así como las áreas de mejora. Por lo cual, le es más sencillo diseñar y elegir estrategias y/o herramientas que son de impacto en su aula, conoce a sus alumnos de tal manera, que sabe cómo disrumpir en su entorno, cómo sacarles un ¡wow! y hacer de su aula, un lugar en donde aprenden, se divierten y se sienten felices. 

  • Juega. 

El docente innovador se divierte enseñando y aprendiendo, piensa en que la mejor experiencia para el aprendizaje es desde la conexión con las emociones, además de propiciar este ambiente con sus alumnos, lo vive por sí mismo. Como se encuentra en constante experimentación de técnicas y estrategias, las incorpora de manera divertida y creativa de acuerdo a los intereses de sus alumnos. 

  • Comparte sus experiencias de éxito. 

Sabe que la mejor forma de impactar su entorno es extender el éxito cuando una buena práctica funciona, es abierto a que otros conozcan lo que le ha funcionado y apoya que sus colegas experimenten a través de técnicas y estrategias que ha diseñado. Es vital dentro del círculo virtuoso que las buenas prácticas se difundan para hacerlas crecer aún más. 

Detrás de ese docente que domina la tecnología, que ambienta su salón de manera creativa, que saluda a sus alumnos con un choque de palmas o un abrazo, que convierte un juego tradicional en un desafío de conocimientos, que inventa canciones, que crea historias, que es el favorito de sus alumnos, se encuentra este tipo de pensamiento, orientado a crecer, a mejorar, a nunca dejar de aprender, a compartir y a adaptarse a las circunstancias, y lo más importante, es que deja un legado, impacta de manera positiva en su entorno y en la vida de sus alumnos, no solo en el aula, sino que trasciende hasta donde a veces ni él mismo se imagina. 

¡Sé un Líder Innovador en Aprendizaje!

Elisabet Carpio.

Equipo Académico Club LIA.